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Esta obra de arte presenta una mujer segura, estable y delicada que nos conecta con el elemento tierra y su fuerza de gravedad. La elección del fondo craquelado refuerza la idea de solidez y estabilidad, mientras que los tonos tierra predominantes nos remiten a la conexión con la naturaleza.
El elemento tierra es el símbolo de la solidez y la estabilidad, y en esta obra de arte se hace patente en la figura de la mujer representada. Esta mujer es segura de sí misma, no renuncia a mantener los pies en la tierra y se reafirma en sus convicciones. Su postura firme y decidida refuerza esta idea de solidez.
A pesar de la solidez y la estabilidad que representa el elemento tierra, esta obra de arte también transmite una sensación de delicadeza y sutileza. La mujer representada es delicada en su gesto y en la expresión de su rostro, lo que le da un aire de vulnerabilidad y sensibilidad.
La elección de los tonos tierra para el fondo de la obra de arte refuerza la idea de conexión con la naturaleza y la tierra. La mujer representada parece surgir de ese fondo, como si fuera una extensión de la propia tierra. Esta conexión con la naturaleza nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con el entorno natural.
Esta obra de arte forma parte de una serie de cuadros figurativos femeninos con fondos abstractos. En este caso, el dominio de las tonalidades tierra aporta una sensación de coherencia y continuidad en la serie. A través de estas mujeres representadas, se exploran diferentes facetas de la feminidad y se invita al espectador a reflexionar sobre su propio lugar en el mundo.
| Peso | 2,5 kg |
|---|---|
| Dimensiones | 73 × 116 × 2 cm |
| Tecnica | Mixta |
| Materiales | Pintura realizada a base de materias, pigmentos acrílicos y pintura asfáltica aplicados directamente sobre lienzo de tela de algodón, montado sobre bastidor de madera. La obra va protegida de los rayos UVA por capas de barniz de alta calidad. |
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